martes, 25 de marzo de 2008

Bajo el mar de verdad

Tras una larga temporada de sequía, da gusto poder darse una paliza de agua salada y fría (aunque he de decir que 14-15 grados no son los 11 que había hace años en estas fechas).

Ha sido un viaje duro de organizar, más tiempo preparando cosas que disfrutando de ellas, pero claramente ha valido la pena, porque un buen resumen es decir que todo ha salido muy bien.

Gente que venia que no podría venir, gente que no venia que se apunto a última hora, una lucha cuadrar las casas, los horarios, los coches... y ya de camino, 6 horas y aun no habíamos llegado a Albacete, eso si, desde la Roda ya se veía el mar, y todo el camino nos acompañó el olor a este pero sudao...

Cinco en un coche, creo que el equipaje llevaba más espacio que nosotros... eso si, como el síndrome de Estocolmo, a hora hecho de menos un codo clavado debajo del sobaco...

Tampoco llevábamos música, pero íbamos cantando ¡¡Open, open, open!! aunque yo lo del open lo deje atrás hace unos cuantos años.
Tras casi 12 horas de viaje, eso si, un viaje muy ameno, ya anocheciendo se vislumbraban a lo lejos las luces de la central térmica... ¡¡Carboneras aquí estoy!!

No puedo negar que me preocupaba como me sentiría allí, porque no solo era el sitio, era el sitio asociado a la gente, supongo que no se puede pasar por alto lo que allí he vivido, pero nada más entrar por el paseo marítimo me di cuenta de que Carboneras seguía ahí, inamovible por el paso de los años y los sucesos, y ahora era yo la que con el peso de mis recuerdos a los hombros llevaba a otras personas para enseñarles ese pequeño paraíso. La gente de siempre, la gente que conocí allí y por su puesto mi calamar.

No solo hay que seguir para delante, hay que crecer, así que ya soy casi Rescue (el jueves tenemos el examen teórico, porque en la practica somos unas campeonas, que subimos al buzo inconsciente al barco) y me he echado unos cuantos compañeros de buceo y de risas.

He conocido a gente estupenda y he compartido lo que más me gusta con gente que ya sabia que lo era, y por supuesto le he pegado una paliza al mar, que se lo merecía, y yo también.

Lo único es que ha sido un viaje tan ajetreado que se nos ha quedado corto, a esos físicos a los que casi ni vi y como ya se ha dicho, nos falto una última gran juerga, que se quedo en una cena a base de birra y tinto interrumpida por el sabido madrugón del día siguiente.











Espero que este viaje sea el preludio de muchos otros... y si queréis ver las fotos... aquí solo dejo esta más...


Como dijo ****: No subas más deprisa que la más pequeña de tus burbujas.

No hay comentarios: