martes, 19 de julio de 2016

Mancha sobre el blanco

Tumbada en la cama después de un día no especialmente duro pero pesadamente largo.


Veo mis pies descalzos al final de una cama que hace ya casi una semana que no hago. Levanto la mirada y llama mi atención el interruptor de la luz, más allá de mi misma.


Todas las noches me lo quedo mirando, bueno, casi todas, si me tumbo un poco más hacia la izquierda lo que llama mi atención es el picaporte de la puerta.


Miro el interruptor, impasible sobre la pared, creando su propia sombra.


Justo al lado, hay una pequeña mancha y cada noche me pregunto de que se trata. Y cada mañana lo vuelvo a olvidar.


Como la vida misma.