domingo, 31 de enero de 2010

Comida viva

A quien le gusta el sushi? A mi me ponen esto en un japonés y pido la cuenta del tirón.



Me imagino un cochinillo en la bandeja gritando descosidamente mientras le arrancas una pata o unas costillas. También me imagino al mismo cerdo comiéndose tranquilamente la manzana que tiene en la boca mientras intentas añadirle a tu plato de costillas unas patatas asadas que tiene justo en frente y el cerdo mirándote con ojos de "¡¡¡No te atrevaaaaassss!!!". Me imagino también unas señoronas de casa comentando "uy si, es lo último hija, le dejas la cabeza viva mientras le asas el cuerpo y así le das de comer el relleno y él solito te lo prepara fresquito fresquito una vez que ya lo tienes servido en la mesa". Sí, la verdad es que el video no deja de ser algo turbio.

Aquí queda también otro video de comida viva, aunque no tengo muy claro lo que es

Señoras, el corto

Un corto desconcertante. Unas risas.


sábado, 30 de enero de 2010

Una storia disonesta




Si discuteva dei problemi dello stato
si andò a finire sull'hascish legalizzato
e casa mia pareva quasi il parlamento
erano in 15 ma mi parevan 100.

Se discutian los problemas del estado
llegando a la legalización del hachis
que mi casa parecia casi el parlamento

eran 15 pero me parecian 100.


Io che dicevo "Beh ragazzi andiamo piano,
il vizio non è stato mai un partito sano".
E il più ribelle mi rispose un po' stonato
e in canzonetta lui polemizzò così:

Yo decia: "Chicos vayamos despacio,
el vicio no ha sido nunca un buen partido"

Y el más rebelde me responde un poco desentonado

y con una canción polemizó así:


"Che bello!
due amici, una chitarra, uno spinello,
e una ragazza giusta che ci sta,
e tutto il resto che importanza ha?
Che bello!
se piove porteremo anche l'ombrello,
in giro per le vie della città
per due boccate di felicità".

"¡Qué bonito!
dos amigos, una guitarra, un porro,
y estar con una buena chica,
¿y el resto que más da?

¡qué bonito!,

si llueve cojeremos el paraguas
,
una vuelta por las calles de la ciudad
para dos bocados de felicidad".


"Ma l'opinione - dissi io - non la contate?
e che reputazione, dite un pò, vi fate?
la gente giudica voi state un po' in campana"
ma quello invece di ascoltarmi continuò:

"Pero ¿la opinion - decia yo- no la contais?
¿y la reputación?, decidme, ¿que haceis?

La gente juzga, estaros atentos"

pero en vez de escucharme, continuó:

"Che bello!,
col pakistano nero e con l'ombrello,
e una ragazza giusta che ci sta,
e tutto il resto che importanza ha?"

"¡Qué bonito!,
con el palestino negro y con el paraguas
,
y estar con una buena chica
,
¿y el resto que más da?"


Così di casa li cacciai senza ritegno,
senza badare a chi mi palesava sdegno,
li accompagnai per strada e chiuso ogni sportello
tornai in cucina e tra i barattoli uno che....

Así de casa los eché de malas maneras,
sin prestar atencion a quien me parecia molesto,
los acompañé a la calle y cerrado cada portal

volví a la cocina y entre los cacharros uno que...

"Che bello!,
col giradischi acceso e uno spinello,
non sarà stato giusto, si lo so,
ma in 15 eravamo troppi, o no?".
E questa, amici miei,
è una storia disonesta,
e puoi cambiarci i personaggi ma
quanta politica ci puoi trovar...

"¡Qué bonito!,
con el tocadiscos encencido y un porro,
no habrá sido justo, si, lo sé,
pero 15 eramos muchos, ¿o no?"
Y ésta, amigos mios,

es una hitoria deshonesta,

y se pueden cambiar los personajes pero

cuanta politica se puede encontrar
...

lunes, 25 de enero de 2010

Últimos coletazos de Malta

Como ya va quedando lejos Malta, y se acercan acontecimientos interesantes en estos próximos meses, empezando con las visitas, quería cerrar el ciclo de posts acerca de nuestras últimas vacaciones con una última remesa de fotos con lo que pueda haber quedado en el tintero de interés.

Malta es un lugar exótico y hogareño, aúna aspectos culturales, sociales, artísticos y temporales de lo más dispar. Pasear por el centro de La Valletta es muy parecido a hacerlo por Picadilly Circus, con sus rótulos fluorescentes, pubs, y restaurantes de comida rápida. Todo ello adornado con las típicas cabinas inglesas e incluso con sus policías (pena no tener una foto porque su uniforme es prácticamente idéntico). Y sin embargo, uno se aleja de esa calle central apenas doscientos metros y se encuentra a ambos lados con el mar. A uno de sus lados, el que daba a St. Julian, la zona de marcha por excelencia de la isla, el paisaje era el de una ciudad moderna, con edificios de altura y diseño, iluminado al anochecer al más puro estilo Mónaco. Al otro lado, el que asoma a Vittoriosa, parecía uno mirar a una ciudad romana que hubiera sobrevivido casi intacta hasta nuestros tiempos. Y digo casi porque entre la visión de monumentos y fortificaciones había un puerto de barcos de lujo. Todo ello con un fondo de casas viejas, que no antiguas, con sus fachadas desaliñadas y algunas medio derruidas. Incluso el lujoso puerto estaba escoltado por inmensos hangares de hierro oxidado y cristaleras rotas. Lo que sí agradecía la vista es que parecía que toda la ciudad, la antigua y la moderna, estuviera construida con una misma piedra de la cual se hubiesen ido tallando cada uno de los bloques que formaban cada casa, cada monumento y cada muelle. Exceptuando, eso sí, la zona monegasca y la zona estrictamente portuaria, que rebosaba de imponentes y cómo no, oxidadas grúas.

Nosotros nos alojamos en el Grand Harbour Hotel, de dos estrellas. Estaba situado casi a pie de agua, en la zona que miraba a Vittoriosa. Tenía tres tipos de habitaciones. Con baño (46€ noche/dia los dos), sin baño (42€), y con baño y vistas al puerto (54€ creo recordar). Nosotros nos quedamos con la de 46, sin vistas y con baño. Sin vistas porque bastaba con bajar a la calle para mirar, y con baño porque me gusta ir en pelotas a mear, y mientras no seamos tan pobres, ciertos lujos son casi imprescindibles.

Llegamos por la noche, eso ya está contado. Al llegar al hotel, casi de la mano del policía, nos dieron la habitación, la número 69. No sé si lo hicieron medio a propósito, o medio de cachondeo. O fue por azar, porque éramos cuatro gatos en el hotel, pero cuando vimos la habitación pensé en otra cosa. Quizá querían que nos quedáramos con una buena impresión, porque aunque era sin vistas, estaba en el piso más alto de habitaciones y orientada de tal manera que pudiéramos ver gran parte del puerto. Aunque de eso no nos dimos cuenta hasta la mañana siguiente. De lo que sí nos dimos cuenta fue de que (por cierto el word me dice que éste “de que” está mal dicho, que debería ser solo “que”… se admiten sugerencias, pero me suena mejor como estaba)… lo dicho nos dimos cuenta de que a partir de las 10, en un día de diario, no había nadie en la calle. Salimos a dar un paseo y ver si nos daban de cenar en alguna parte y no hubo manera. Así que a “dormir” nos fuimos.

Dormir dormimos mal y poco. A causa de un pequeño desorden de horarios que arrastrábamos y de que alguien ronca como un cerdo. Si hay que decirlo hay que decirlo, aunque ese cerdo sea yo, que por cierto, creo que intentaré poner en marcha la operación que tengo pendiente para que mi niña pueda dormir mejor. Pues eso, que nos levantamos pronto. Nos fuimos a Mdina, en el centro de la isla, donde había varios lugares de interés. Una fortificación muy relacionada con la historia de Malta y sus Caballeros. Ofrecía varios entretenimientos, todos previo pago. Visita a su iglesia, guía audiovisual de Mdina, “The Knights of Malta, an Epic Adventure Experience” que a saber qué era exactamente (en los panfletos mostraban maniquíes vestidos de época), y las mazmorras. Todos previo pago de entre 4 y 10 euros.

Nosotros nos metimos en las mazmorras. No por nada, porque no sabíamos qué iba a haber. Fue más bien porque el tipo de las entradas fue muy majete al abordarnos. Salió de su taquilla, supongo que entre aburrido y a la caza de incautos, y nos dijo que nos diéramos una vuelta por todo el recinto, que él nos esperaba allí para hacernos un descuento de estudiantes para ver las mazmorras. Así que después de darnos una vuelta por el lugar entramos a descubrir, bastante sorprendidos, la caverna de las torturas de Malta. Una especia de recorrido por las torturas que se habían practicado a lo largo de la historia cristiana. Detalle éste que me resultó bastante curioso. En uno de los muchos paneles que había a lo largo del recorrido explicaba que las torturas eran práctica exclusiva de los cristianos. Los musulmanes, que también habían ocupado la isla, no usaban estas prácticas. Aquellos que desobedecían las normas simplemente pasaban a ser esclavos de uso doméstico. Pero los cristianos, por lo que vimos allí, tenían una vena sádica que daba escalofríos. He de decir que Gordita y yo nos estuvimos riendo un rato de lo absurdas y maquiavélicas que eran algunas de las torturas. Colgados de la pared de un pie y un brazo, amputados de nariz, manos, piernas, y pechos, aplastados por piedras o colgados del techo, los maniquíes sacaban, irónicamente, la risa de más de un turista japonés, nórdico o… ejem… español que las contemplaba.

Después de ver la fortificación de Mdina nos fuimos a unas catacumbas cercanas, St. Paul’s Catacombs, unos túmulos funerarios que se habían convertido “en un lugar laberíntico de dimensiones que nadie ha llegado nunca a calcular” según decía la audioguía que te daban gratis con la entrada, pero que solo tenía abierto una zona de apoxidamente 25 mentros por 25 metros al público. A pesar de todo, y a pesar de Valeria, que dice Carol que un día os contará quién es, me sorprendió el lugar, sus tumbas y algunas de las historias que contaba el aparatito.

Así que ese fue el día viernes, al fin y al cabo en lo que toca a lo turístico. Nos volvimos al hotel cansados de una lluvia constante que caía de lado. Nos despertamos de la siesta tarde para descubrir que a las seis cerraban el museo de guerra de La Valletta. Así que dando un paseo nos encontramos con Ollie’s. Un par de horas más tarde y medio borrachos nos fuimos al hotel a dejar las mochilas, y cuando llegamos allí nos quedamos media hora reposando el mareo y secando las ropas del aguacero que nos acompañó en los quinientos metros de camino a casa.

Salimos a cenar a un restaurante que estaba al lado del Ollie’s. Cenamos muy bien. De primero sopa de pescado con hierbabuena. Le sobraba la hierbabuena, que le daba un toque a mojito, pero estaba estupenda. De segundo, yo pedí cerdo, que no estaba muy bueno, e hice que Gordita se pidiera una pasta rellena de parmesano con salsa de setas que estaba… pfff. Cuando iba a mitad de comerme el cerdo ya estaba lleno y para cuando me lo acabé me desabrochaba el pantalón. Pero es que la mitad del plato de pasta que me dejó Gordita estaba… increible. Pedimos un vino Maltés y no pedimos postre. Nos costó un ojo de la cara (55€) y eso sin los extra 10 euros que intentó estafarnos la camarera. Pero fuimos a casa rodando. Y hasta el sábado.

Y el sábado pasó casi volando. Fuimos a la zona del puerto de Vittoriosa, agradeciendo que los autobuses te llevaran por los lugares más pintorescos sin tener que mover el culo, que Carol estaba destroza. Paseamos un rato, comimos en el McDonalds las hamburguesas más ricas (de Mcdonalds) que nunca hemos comido, y volvimos al hotel. Pagamos en efectivo para que no te cobraran un 5% de más y nos fuimos a pasar las últimas tres horas en el aeropuerto. Hicimos uso de los 10 últimos minutos de batería del portátil en la conexión wifi gratuita del aeropuerto, y después de unas fotos con el capitán pirata entramos al avión los primeros de los cuatro gatos que íbamos en el avión. Matadillos. Pero satisfechos.

Dice Gordita que algún día se leerá la parrafada que he escrito. Que más vale que por lo menos le ponga fotos… Bueno, luego se queja de que no escribo nada en el blog. Así que aquí queda. Nos vemos en Pisa para aquellos que nos hagáis disfrutar de vuestra presencia. Para el resto nos leemos pronto.

martes, 19 de enero de 2010

Larga vuelta a casa

Debíamos dejar la habitación a las 12:00 y nuestro vuelo no salía hasta las 21:20, para colmo ni media hora tardábamos al aeropuerto.

Por lo menos llovía menos que el día anterior y pudimos dejar las maletas en el hotel hasta las 17:00.

Justificar a ambos lados
Pateada mañanera por La Valeta intentando no calarnos mucho a la vez que evitábamos que el viento me llevase, visita al museo de la guerra, hamburguesa en el Mc Donals alargando nuestra estancia allí todo lo posible para descansar, no mojarnos y sobre todo, pasar el tiempo.



A las 14:00 decidimos coger un bus hacia unos templos en medio de la nada "vamos, los vemos por fuera y volvemos, con un poco de suerte hacemos hora y media solo con el viaje de ir y venir", pero el bus nunca llega, así que vamos a otro sitio, Birgu "Cittá Vittoriosa", ni 20 minutos en autobús, pero nos da la vida, paseo por el puerto, un poco por la ciudad y vuelta a La Valetta a pagar el hotel y coger las Maletas.


Un poco hastiados, a las 17:30 nos vamos para el aeropuerto y llegamos allí a las seis y pico, más de tres horas de espera... Visitamos las tiendas, "qué baratas son aquí las chocolatinas!!", flipamos con los precios del aeropuerto (los de fuera, no los del Duty free), muy barato, comimos algo. Descubrimos que había wifi, pero recordamos la que será una de nuestras grandes hazañas: después de llevarnos el portátil, no caímos en que los enchufes eran diferentes, así que tirando de la batería con moderación. Cuando llegamos al aeropuerto y nos conectamos a internet, no quedaban ni 20 minutos.





Pasamos el control, que por cierto, vaya estres, no habias terminado de quitarte las cosas para ponerlas en la bandeja cunado ya no habia bandeja porque alguien la habia metido ya por la cinta de rayos X, eso que eramos cuatro gatos pasando el control. Debe ser algo abitual por esos lares, porque en el Mc Donals también venian a quitarte la bandeja, incluso si estabas con ella en la mano volcandola en la basura, la cogian y termianban ellos.

Nos sentamos en los asientos de la zona de embarque, hacemos un esfuerzo por pasar el tiempo tonteando con un catalogo de Playmobil, pero el tiempo no pasa, al final decidimos morir simplemente en un asiento hasta que llegase el avión, y por suerte el embarque inició antes de tiempo así que a las 21:00 ya estábamos sentados en el avión.

Desconexión hasta que llegamos a Pisa, coger la bici y a duras penas pedaleando hasta casa, sopa de sobre y a la cama sin terminar de ver un capítulo.

Momentos de gloria

Ha quedado claro que no sabemos viajar sin que nos pase alguna, ya sea merecida o no, por suerte siempre salimos airosos.
No es que no hayamos tenido tiempo de mirar cosas, pero al final, unas cosas por otras la casa sin barrer, y al llegar a La Valletta... "¿tu has mirado donde está el hotel?" "Mmmmm, pués yo tampoco" Una vez nos aseguramos de que estabamos en La Valletta y no en cualqueir pueblo perdido de la mano de dios, preguntamos en un puesto de policia sobre donde se encontraba el hotel, sabiamos el nombre y lpor lo menos llevabamos apuntado lo que creiamos era la dirección.
Con su ingles maltés nos indicaron como llegar, yo no me entere de nada, pero eso tampoco quiere decir mucho, pero es que MAuro tampoco se enteró mucho, así que nos encaminamos siguiendo las indicaciones, buscando un teatro que nunca encontramos, a cuya altura deberiamos girar a la derecha. Cuando nos parecio que algo fallaba, nos encontramos a otro policia, que nos dijo que ibamos mal, y nos acompaño hasta la calle del hotel, charlando con Mauro, y yo intentando pillar lo que podía.
Podría haber sido muy gracioso tener que llamar al hotel, para intentar explicarles donde estabamos y que nos explicasen como llegar.

lunes, 18 de enero de 2010

Ollie's last order

Ollie's last order es un bar ingles en el que estuvimos tomando unas cervezas una tarde. Nos llamo la atención y como no era muy céntrico, pensamos que no nos timarían mucho, así que simplemente entramos, para nuestra sorpresa un grupo de españoles y otro de italianos... vaya plaga, allá donde vayas... jajaja.
Camarero borrachillo ingles auténtico, que a duras penas entendía el ingles más americano de Mauro y viceversa. Incapaces de pedir una cerveza de trigo, ni aún preguntando a un Español residente en Malta.

La decoración peculiar, entre naval e inglesa, pero solo tenemos una foto que nos hizo uno de los Españoles después de nosotros hacérsela a ellos, inconvenientes de viajar siempre solos.

Un sitio bastante agradable, si no fuera por que allí no se puede fumar en los bares, y fuman en la calle, pero en este caso, la puerta permanecía siempre abierta, supongo que para que los que estaban no se sintieran marginados y pudieran seguir hablando con el resto... pero claro, nosotros que estábamos en la mesa más cercana a la puerta, nos estábamos quedando pajarito.


domingo, 17 de enero de 2010

El transporte en Malta

La forma de moverse por Malta es el autobús, que tiene un precio standard de 47 céntimos vayas donde vayas. Y si estás en La Valeta tienes la ventaja de que todos los autobuses salen o terminan allí.
(También existen los taxis, pero nosotros somos demasiado pobres para haber conocido ese mundo. Pero supongo que so la única alternativa cunado los autobuses dejan de pasar, cosa que no ocurre muy tarde.)

Puedes ir a la plaza de la libertad y coger cualquier autobús a cualquier parte, cosa que nosotros hicimos un par de veces y habríamos hecho más si hubiéramos estado más días o si las lluvias intermitentes no hubieran sito tan poco intermitentes.

Lo autobuses son autenticas reliquias, y una decoración peculiar, contraste de mensajes picantes enfrente de diferentes imágenes religiosas. Algunos tienen asientos de plástico, pero otros acolchados llevan la toquilla de la abuela a modo de funda.

También destacable el hecho de que llevan la puerta abierta, (incluso algunos las llevan atadas para que no se cierren) será para ahorrar tiempo...con correspondiente puteo para el que va mojándose en primera fila cuando llueve o los que se resbalan con los escalones empapados.

Personalmente me pareció un poco locura que en las paradas de los autobuses no hubiera horarios, pero es que por no haber, no ponía ni el número de autobús que pasaba. También supongo que es cuestión de acostumbrarse, y que al no ser una intrincada red de autobuses, más bien algo lineal, no tiene mucha pérdida.

Sea como sea, vale la pena hacer algún recorrido en autobús, aunque solo sea para ir mirando por la ventana y disfrutar de la extraña combinación que supone ver pueblos mediterraneos con toques al más puro estilo ingles.

Nada más llegar a Malta

Dejamos Pisa el jueves a las siete y media de la tarde más o menos. Habíamos leído por ahí que el último autobús del aeropuerto que estaba en Luqa hasta La Valeta donde teníamos reservado el hotel, salía a las 21:00 h. así que como nuestro avión teóricamente llegaba a las 20:55, íbamos mentalizados para coger un taxi.
El vuelo sin más, avión prácticamente vacío, solo una persona para el embarque prioritario y los siguientes en subir al avión nosotros.

Llegamos a Luqa a las 20:53, con una leve esperanza de llegar al último autobús  pero tardamos en salir del aeropuerto más de 10 minutos, vaya aeropuertazo, parecía un centro comercial en la Moraleja. Ya a punto de llegar a la calle vimos a una chica de nuestro vuelo que iba demasiado rápido para no saber a donde iba, así que pensamos que tal vez los autobuses no eran muy puntuales. Unos instantes de decepción al ver que corría porque la estaban esperando fuera, pero acto seguido ella y su acompañante se dirigieron a la parada de autobús, así que nos sentimos bastante convencidos de que si el chico era de Malta, sabría si había autobuses o no.

Nada más llegar a la parada, se nos acerca un individuo ofreciéndonos "taxi" por 10 € hasta donde fuera, enseñándonos que eran las 21:15 en su móvil y que en la parada del autobús ponía que el último bus salia a las 21:00. Probó con varias personas, pero no coló con ninguna. Como a las 21:30 llego el autobus, los falsos taxistas fueron los primeros en verlos y salir corriendo, no me extraña ya que el billete de autobus costaba 0,47 €...

Así que esta fue la primera y no la última vez que intentaron estafarnos, pero por lo general la gente era muy simpática.
Por ejemplo, un policía al que preguntamos como ir a nuestro hotel, nos vio tan perdidos que prácticamente nos dejó en la puerta del mismo

Culturizàndonos

Una de las primeras cosas que me gusta hacer en estos viajes es culturizarme un poco. Cuando vimos lo del viaje a Malta lo primero que pensé es ¿dónde está Malta? Pues en alguna parte en el medio del Mediterráneo... por ahí...

Así que veamos, si os localizo Malta, para el que sea tan cazurr@ como yo. El país de Malta está situado al sur de la isla de Sicilia. Se compone de tres islas principales: Malta, la más grande, Gozo al noroeste, un tercio más pequeña, y por último Comino, situada entre las dos, y no deja de ser una roca grande, aunque habitada. El tamaño del archipiélago, para que os hagais una idea, es un poco más pequeño que la isla de Ibiza.

Nosotros estuvimos sólo en la isla de Malta. Es probable que si hubiésemos estado algún día más hubiésemos ido a Gozo, que tiene alguna cosilla de interés, y a la cual se puede ir por medio de Ferry, que aunque no estoy seguro, creo que cuesta alrededor de 5€ y tarda una media hora. En Malta nos alojamos en la capital, La Valletta, que es una especie de península de Dinamarca en pequeño. Realmente, aunque alrededor de La Valletta hay muchos pueblos y ciudades, está todo tan edificado que es difícil, y a veces imposible, saber que has pasado de un lugar a otro. En muchos sitios los pueblos se separan por las casas pares y las impares de una calle, que por cierto se dice Triq en Maltés. A propósito, en Malta se habla maltés, y aunque la mayoría de la gente se hará entender y te entenderá en inglés, algún que otro transeúnte te mirará con sonrisa desconcertada si le preguntas algo en inglés.

Hasta aquí la localización, para quien le haya podido interesar.

sábado, 16 de enero de 2010

De vuelta de La Valeta

Ya hemos llegado de nuestras vacaciones/regalo de Reyes a Malta. Después de nuestra cura de sueño ya contaremos cosillas, de momento estamos destrozados, pero encantados. Y es que han sido solo un par de días, pero muy intensos, y aunque el tiempo no nos a acompañado mucho, los hemos aprovechado bastante.



sábado, 9 de enero de 2010

Ya no estamos allí

Llegamos, vimos y no sé si vencimos, pero ya estamos de vuelta al "hogar", aunque eso es algo que no nos queda más remedio que llevar a cuestas.

Ahora tenemos que mentalizarnos de la ola de frío que prácticamente nos hemos traído en la maleta, pero como siempre es un placer poder veros, aunque no hayamos podido ver a todos los que quisiéramos. Habrá más ocasiones.

lunes, 4 de enero de 2010

Desaparecidos

Antes de nada y primero de todo, Feliz Navidad, año nuevo y "demases" a todos.
Se nota que estamos de vacaciones, pero ya tenemos un pie de vuelta y el otro en camino, y si no hemos dado señales de vida antes es porque hemos estado muy agustico, jeje

Necesitábamos esta desconexión de italianos, italianas e italias en general, y aunque no hemos hecho todo lo que queríamos, ni visto a la mitad de la gente, incluso a pesar de este resfriado que me voy a llevar puesto, siempre es un placer y esperamos volver pronto.