miércoles, 22 de febrero de 2012

De profesores y maestros

Estaba matando el tiempo leyendo una de esas otras páginas recurrentes cuando he visto una frase que,  intrascendentalmente y sin reflexionarla, me ha hecho mucha gracia.


Luego he visto que la gente se escandalizaba, supongo que por tomárselo demasiado en serio (como dijo Groucho Marx "La vida es demasiado corta como para tomársela en serio"). Alegaban que si no tienes vocación para que "te metes a profesor".

Lo primero es dejar claro que maestro y profesor no son la misma cosa. Un maestro (esquivando la definición de persona magistral en un área) estudia magisterio o sus estudios pertinentes orientados a la enseñanza.

Un profesor es un licenciado que después de una carrera de 5 años, impartida por personal que no tiene ninguna formación docente concreta, hace un curso de adaptación pedagógica (aprendiendo a enseñar), que actualmente no es un curso si no un master, para posteriormente encontrar trabajo en un instituto privado o concertado o  se prepara y aprueba unas oposiciones para profesor de la escuela pública.

Así que tenemos al maestro vocacional frente al profesor, que muy probablemente no se había pensado el dar clases (en tal caso quizá hubiera estudiado magisterio en lugar de matemáticas, física o historia) cuando se matriculó, sino en poder trabajar "de lo suyo" investigando sobre un determinado área, hasta que se dio cuenta que en este país lo que es en la investigación no hay muchas oportunidades y tras un par de años trabajando de cajero del super o de telefonista, hace el dichoso master y termina dando clases. ¿Vocación? Vocación quizá la tuvo cuando se matriculó de una licenciatura, o en el peor de los casos la encontró durante el sexto año de los cinco que en teoría se tardaba en termina la carrera. Bastante tiene este licenciado, con una profesión frustrada, un master y unas oposiciones (previo paso y pago por academia para prepararlas) como para exigirle que su pasión sea enseñar. 

Le podemos pedir nivel, resultados, implicación... pero vocación... 

Y aún así, los habrá (y los hay) que hacen de la enseñanza su pasión. Con esto solo quiero que quede claro por donde ha pasado un profesor para llegar hasta donde está.

Mis respetos a todos los docentes que además de dar clases, enseñan.

Y como coletilla, si queréis ver el poder de la semilla que un educador en general puede plantar en la cabeza de los estudiantes, os recomiendo una película llamada "La ola", la historia de como nace y se va de las manos el sentimiento de nacionalismo.

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