martes, 7 de abril de 2015

Camino de Santiago: séptimo día (14/02/2015 de Pedrouzo a Santiago)

Un día gris para cerrar el camino.

Nos levantamos antes que ningún día (sin contar el primero claro), desayuno y caminito.

Aún de noche comenzamos la jornada, no clareaba pero ya lloviznaba, y tuvimos ocasión de darle buen uso a los frontales y señalizaciones varias.

Nos alcanzó la luz en pleno bosque, que entre nubes grises iba cogiendo color. Llevábamos buen ritmo, y en lo poco que parábamos, volvíamos a adelantar a los que nos pasaban. No sólo era el último tramo, sino que pretendíamos llegar a la misa del peregrino que según teníamos entendido era a las 12:00. Creo que fue la peor etapa, ritmo alto, mal tiempo, y  ninguna referencia sobre cuanto llevábamos o cuanto nos quedaba. Esto último sin duda fue lo peor.Por el camino cada vez más botas abandonadas, unas más artísticas que otras.

Sabíamos que habría una gran cuesta antes de llegar a Monte do Gozo,  a 4 km y pico de Santiago, pero cada cuesta parecía la última, y Monto do Gozo era inalcanzable.
En realidad era una etapa de pocos km pero el no encontrar pueblos señalados en los que decir "nos quedan 10 km" lo hacía interminable. Y el reloj iba en nuestra contra. 

Ya en Monte do Gozo se hacía evidente que aunque por poco no íbamos a llegar a la misa de la Catedral, así que cambio de chip, teníamos el domingo para ir. Parada técnica a tomar algo caliente y descansar a penas 10 minutos. Como ya estábamos llegando ni revisión de pies ni nada (o que pasaría factura con una miniampolla)
Pasado Monte do Gozo se divisaba lo que parecía Santiago, ¿si?, ¿no? Yo me esperaba que al empezar a bajar la cuesta se vería como la catedral a lo lejos... pero ni por asomo. De hecho una vez en Santiago quedaba un duro esfuerzo. Desde el cartel de "Está usted ne Santiago de Compostela" a la Catedral, aún había una buena tirada...




Pero al fin!! llegamos!! Con aplausos y todo. Había una manifestación que al vernos allí celebrando la llegada nos aplaudieron, fue bastante emotivo. Algo menos que la catedral estuviera en obras, eso sí.

Una vez allí, paso por la oficina del peregrino donde nos entregaron la compostela e informaron de que también había misa del peregrino. Al ser tan pocos, resultó gratificante el saber que cuando nombraron a dos de Madrid que habían llegado desde O'Cebreiro, eramos nosotros. Me decepciono que eso fuera lo único de peregrino que tuvo la ceremonia.

Y una vez llegados, hotel, comer algo, ducha y tarde de relax, relax y ¡¡lluvia!!

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