martes, 18 de mayo de 2010

El día que casi no volvimos

No voy a hablar de nuestra estancia en Sheffield visitando a Mel, al menos de momento, sino que me voy a centrar en nuestra última odisea o como me gusta llamarlo "aquí para toda la puta vida"

Cuando llegamos allí, como teníamos tiempo, miramos bien los horarios de los dos autobuses que teníamos que coger, los tiempos que tardaba cada uno en llegar a su destino, y aunque no es que fuéramos muy sobrados, en principio no tendría porque haber habido problemas... en principio.

Martes por la mañana, servidora abre un ojillo, un poco extrañada por la cantidad de luz que entraba por la ventana, se gira a su derecha y sin poder creérselo contempla que el despertador marca las 8:50. Esto podría no parecer algo importante, pero es que aún no os he contado que teníamos que coger el primer autobús a las 6:45 y que en teoría el despertador debería haber sonado a las 5:50.

Tras 30 segundos de mirar incrédula el reloj, intentando reenfocar la vista para comprobar que lo que parecía un 8 era otro número sin mucha suerte, Melissa coge el despertador para hacer lo mismo que había estado haciendo yo, mientras me levanto buscando otro reloj por la habitación. Momentos tensos, con un fondo de aceptación, si es esa hora no hay mucho que hacer, meterse en Internet y comprar otro billete de tren y de avión para mañana... que remedio.

Pero al final resultan ser las 5:45, risas nerviosas y puesta en marcha comentando la jugada.

Llegamos a la estación de autobuses sin problemas, con tiempo suficiente. El bus llega a su destino 20 minutos antes, que alegría, que alboroto, así que miramos si hay un bus que nos lleve al aeropuerto anterior al que pensábamos coger, para llegar con más tiempo. En ello estamos cuando vemos que los horarios que vienen en los paneles de las paradas son diferentes a los que nosotros teníamos... el autobús es el mismo número pero el recorrido diferente y tarda más, además sale 5 minutos después, que no sería mucho si no fuera porque ya íbamos muy justos.

Encima el bus sale 5 minutos tarde y cada vez que pillábamos atasco o alguien solicitaba la parada nos daba un vuelco el corazón (no llegamos, no llegamos)

Llegamos pero tardísimo, 8:46, el avión sale a las 9:10, corre, corre, corre y cuando llegamos a la entrada del control de seguridad, nos pasan los billetes (impresos en casa) por la máquina y no los lee, nos toca ir a la oficina de Ryanair para que nos los cambien, cosa que hacen con toda la calma del mundo, y tic, tac, tic, tac...

Por fin llegamos al control de seguridad, allí nadie tiene prisa, no hay casi nadie, una persona por máquina pero no avanzamos. De repente cogen una de nuestras mochilas y las dejan a parte, nadie nos dice nada, los minutos parecen duran solo 30 segundos, y cada vez es más tarde.

Mauro pregunta 4 veces que que pasa con su mochila, y le dicen que espere, hasta que uno le hace caso, pero con la misma parsimonia que el resto empieza a sacar cosas... el panel sobre nuestras cabezas dice que la puerta de embarque está cerrada, así que yo me voy a intentar que el avión no despegue sin nosotros (Ahora lo pienso y como no hubiese hecho un dibujo, no sé como me habría hecho entender). Puertas de embarque de la 1 a la 4, la 5 por otra parte... ¿dónde están el resto de puertas?. Me encuentro con Mauro, subimos a la planta de arriba donde están el resto de puertas de embarque, ¿pero y la 7?.

La encontramos, no hay nadie, solo los del aeropuerto, llaman al avión para preguntar si se puede subir, y nos llevan corriendo por los pasillos y la pista.

Os juro que cuando estábamos enseñando el billete en el avión ha sonado una ovación en mi cabeza.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

lo que os pase a vosotros no le pasa a nadie, experiencias sobre mas experiencias jaja. besos mama

Melissa dijo...

Ole, chaval!!!!! que estres solo de leerlo y eso que sabia el final. Ufff! me alegro que al final esteis en casa. Malditos horarios de transporte ingleses que dicen lo que les da la gana....
En fin, un besote a Dartapollo. Juliete (o MissDaisy) le echa de menos.

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajajajjjjjjjj
Sois increíbles.
Mamón.

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajajajajj
!Sois increíbles!.Podríais forraros escribiendo un libro de anécdotas.
Maman

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajajajajj
!Sois increíbles!.Podríais forraros escribiendo un libro de anécdotas.
Maman

Helen dijo...

increible!!!
Jajaaja, que tensión!
(ahora leo el resto de comentarios, y casi todos tienen la palabra increible...jejejeje, no hay mas palabras para describrilo)
Besote