El caso es que estas Navidades, dando un paseo un día cualquiera por las vacías calles de Pisa, nos encontramos una bici sin cadena. Tenia las ruedas en el mejor de los casos desinfladas y en el peor pinchadas, pero siempre seria más barato comprar una cámara que una bici. Y entre que si y que no al final nos la llevamos a casa.
Ahora somos los propietarios de dos bicis con las ruedas desinfladas y de un rosa a cada cual más pastel, pero oye, que les funcionan los frenos y eso es más de lo que pueden decir la mitad de los pisanos. Así que a ver si algún viernes nos animamos a echarle morro y vamos a la Rebeldia, una especie de centro ocupa donde se hacen actividades, entre ellas arreglar bicis si te haces el español majete.
1 comentario:
que vais ha hacer con las bicis cuando volvais? os dara pena dejarlas y en casa no las queremos, a parte del gasto de equipaje del avión jejeje... besos mama
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