viernes, 28 de abril de 2017

Circuito del Annpurna: Las Montañas Principales

Fueron, por supuesto, la guinda del pastel. Las imponentes cumbres nevadas nos acompañaron durante prácticamente todo el camino, marcando la sobrecogedora impronta de los himalayas. Aparecieron tras el tercer día y ya no nos abandonaron. La sensación de aventura en tierras desconocidas se hacía presente cuando al recorrer gigantescas laderas marrones, observando cada piedra que esquivan tus botas, levantabas la cabeza para encontrar un gigante blanco de cicatrices negras asomando por encima de las que hasta ahora parecían las montañas más altas jamás vistas. Las piernas se paraban solas y gritabas "¡¡Mirad!!". 

Manaslu oeste desde el circuito del Annapurna
Manaslu
La primera que se dejó ver fue Manaslu, octava de las catorce grandes con 8,163 metros. Comenzó a presentarse a la derecha del camino cuando el trayecto hacia el norte acabó el tercer día y nos desviamos hacia el oeste. Al este el valle se abría y poco a poco, y a medida que pasaban las horas las montañas más cercanas se iban deslizando como una cortina e iban mostrando los tres picos del macizo. Fue como un aperitivo. La distancia y el hecho de estar prácticamente cubierto a la vista por una montaña cercana no nos dejó verlo en plenitud hasta pasados un par de días. Como el preludio de lo que estaba por llegar, la sensación de que por fín pisábamos el himalaya. La foto está tomada desde Timang.

Annapurna 2 desde el Norte
Annapurna 2
Quizá la que más sensación de altitud y de grandiosidad dio fue Annapurna 2, de 7,937 metros, la primera de las grandes del circuito. Y quizá no fue tanto por su altura, sino porque la cercanía a sus escarpadas laderas agrandaba aquella visión. Parecía en algunos momentos que la ruta que seguías era la de ataque a la montaña. Tenías la certeza de estar subiendo aquella mole. Ibas directo a ella y si el maldito camino no girara a la derecha quizá en uno o dos días podrías estar oliendo la cumbre. Tal vez esa misma tarde estuvieras ya allí arriba pisando nieve. Por supuesto todo son ilusiones como oasis en el desierto. Probablemente ni con días de preparación pudieras hacer la mitad del recorrido sin ser un experto alpinista, pero la sensación allí estaba, la de aventura y descubrimiento, como si fueras el primero que contempla aquél paraje y has de avanzar donde nadie antes ha pisado. Seguir avanzando como pollo sin cabeza guiado sólo por el deseo de alcanzar a quella cima y poder mirar desde allí arriba. 

Annapurna 4 y Annapurna 2, difícil distinguirlos
Annapurna 4
A partir de aquella ladera el macizo se hizo presente y a la izquierda los Annapurnas fueron ya una constante. El pasatiempo de averiguar cuáles eran las montañas que estábamos viendo se aderezó con amenas conversaciones con los locales. Las tertúlias con un té y unos momos, tentempié habital, fueron otra más de las bellezas del circuito. El Annapurna 4 fué quizá la montaña más esquiva de todas, y a día de hoy no tengo claro cuál de ellas era, a pesar de que en algún momento sí lo tuve. Estaba a la derecha del 2, pero las perspectivas y las distancias hacían complicado establecer cuál de los picos era más alto que los circundantes, y si éste era el cuatro o era el dos visto por la parte posterior. Y es que aunque dejo aquí los más significativos en el mazizo había muchos más picos, con una diferencia de altitud mínima con respecto a los famosos. Kangsar Kang, Nilghiri,  Lamjung Himal, Tarke Kang, Tilicho Himal se entremezclaban con los grandes. Y tantos otros rodeaban el camino: Pisang Peak, Chulu, Yak Gawa, Thorungtse... Nombres raros y complicados de recordar.


Los que sí se vieron bien y tuvieron otra de las vistas espectaculares de la ruta fueron Annapurna 3 y Gangapurna. De entre sus cimas se deslizaba una glaciar enorme que bajaba miles de metros hasta llegar al valle, formando en su base un lago de un hermoso azul turquesa. Desde el pueblo de Manang (3,519m), centro neurálgico del valle y posada obligatoria para todos aquellos transitando el recorrido con intención de aclimatarse a la altura, una senda te permitía subir casi hasta los seis mil metros bordeando el glaciar. Nosotros aprovechamos para subir hasta algo menos de 4,500m por aquella ruta, pero las horas de luz y algún síntoma de altura (eso será otro post...) nos obligó a darnos la vuelta. Una pena porque justo al iniciar el ascenso la batería de la cámara decidió acabarse y no pude hacerle unas fotos bien merecidas. Con un poco de suerte habrá alguna foto que pueda pedir prestada y podré enseñar como se merece el glaciar.

Vista del lago con el valle hacia el paso Thorung-la de fondo
Lago de Manang

Annapurna 3 desde el Norte
Annapurna 3
A la izquierda del glaciar, más lejano y con la cumbre blanquecina el Annapurna 3 de 7,555m. Es el primero de los picos que puede verse desde el circuito del Annapurna por su lado norte como en el trek del campo base del Annapurna por el sur. Es una pena no haber realizado el circuito completo más el trek del campo base, pero para ello se necesitan treinta días exclusivos de camino, y nosotros sólo disponíamos de 12 para caminar todos juntos. Por este motivo durante el recorrido que nosotros pudimos hacer no vimos el Annapurna, y tuvimos que esperar a llegar a Pokhara para por fín contemplarlo. Y bien es cierto que muchas fueron las rutas que nos quedamos con ganas de realizar. La ruta hacia el Manaslu al Este, el lago Tilicho, el valle hacia el Tíbet atravesando el Alto Mustang por el norte... Con los días que teníamos era lo mejor que podíamos hacer, y siempre hay que dejar algo como excusa para volver.


Gangapurna
Gangapurna de 7,455m. El gemelo rocoso del Annapurna 3, mucho más escarpado y rocoso, más visible desde el norte. Desde este punto y hacia el oeste la cordillera cae algunos cientros de metros para luego continuar a menor altura hasta el Tilicho Himal 7,134m, en cuya base está el lago Tilicho, una de las rutas que consideramos hacer, pero que acabamos descartando por las contradictorias versiones de los trekkers. Algunos decían que era una ruta peligrosa, otros que en absoluto. Al final resultó que probablemente sí que fuera bastante sencillo hacerla, al menos en la época del año en la que nosotros íbamos, ya que nos encontramos a gente algo menos capacitada que la habían realizado sin problema. Lo dicho, para la próxima... aunque posiblemente la próxima sea la ruta hacia el campo base del Everest... Ojalá.

Dhaulagiri
Desde que tomamos al valle hacia el paso el macizo comenzó a desaparecer tras las montañas. Sólo cuando hubimos cruzado el paso y nos adentrábamos en el valle del Mustang apareció el Dhaulagiri (8,167m) a lo lejos. La séptima montaña más alta del mundo causó una especial impresión en mí. Me lo reservo para otro post, quizá. La montaña, vista desde el norte, es una pirámide casi perfecta que destaca entre otras de considerable menor altura.

La última, el Machapuchare, camino del campo base del Annapurna, vista desde Pokhara. 6,993 metros vírgenes, la montaña sagrada que está prohibido pisar. Según las historias de los nepalíes, la única cima de los himalayas que no ha sido pisada. Su historia se me quedó tatuada.

Machapuchare

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