lunes, 17 de febrero de 2014

Cruces de verde algodón

Hay obras del ser humano increíbles, pero también creaciones de la naturaleza que nos dejan sin palabras. 

En está ocasión se trata de una colaboración, mano a mano, ingenio, tiempo y humedad. Obras que perduran en el abandono de los años.

Puro romanticismo, del de verdad, melancólico, triste, pero impactantemente bello.


Se trata de una lápida de un cementerio abandonado, pared con pared de un castillo no más cuidado. La distancia hacía difícil poder ver los detalles, pero es posible que a medida que entre la época de lluvias se vaya reescribiendo el epitafio con musgo.

La belleza de las cosas simples.

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