Debíamos dejar la habitación a las 12:00 y nuestro vuelo no salía hasta las 21:20, para colmo ni media hora tardábamos al aeropuerto.
Pateada mañanera por La Valeta intentando no calarnos mucho a la vez que evitábamos que el viento me llevase, visita al museo de la guerra, hamburguesa en el Mc Donals alargando nuestra estancia allí todo lo posible para descansar, no mojarnos y sobre todo, pasar el tiempo.
A las 14:00 decidimos coger un bus hacia unos templos en medio de la nada "vamos, los vemos por fuera y volvemos, con un poco de suerte hacemos hora y media solo con el viaje de ir y venir", pero el bus nunca llega, así que vamos a otro sitio, Birgu "Cittá Vittoriosa", ni 20 minutos en autobús, pero nos da la vida, paseo por el puerto, un poco por la ciudad y vuelta a La Valetta a pagar el hotel y coger las Maletas.
Un poco hastiados, a las 17:30 nos vamos para el aeropuerto y llegamos allí a las seis y pico, más de tres horas de espera... Visitamos las tiendas, "qué baratas son aquí las chocolatinas!!", flipamos con los precios del aeropuerto (los de fuera, no los del Duty free), muy barato, comimos algo. Descubrimos que había wifi, pero recordamos la que será una de nuestras grandes hazañas: después de llevarnos el portátil, no caímos en que los enchufes eran diferentes, así que tirando de la batería con moderación. Cuando llegamos al aeropuerto y nos conectamos a internet, no quedaban ni 20 minutos.
Pasamos el control, que por cierto, vaya estres, no habias terminado de quitarte las cosas para ponerlas en la bandeja cunado ya no habia bandeja porque alguien la habia metido ya por la cinta de rayos X, eso que eramos cuatro gatos pasando el control. Debe ser algo abitual por esos lares, porque en el Mc Donals también venian a quitarte la bandeja, incluso si estabas con ella en la mano volcandola en la basura, la cogian y termianban ellos.
Nos sentamos en los asientos de la zona de embarque, hacemos un esfuerzo por pasar el tiempo tonteando con un catalogo de Playmobil, pero el tiempo no pasa, al final decidimos morir simplemente en un asiento hasta que llegase el avión, y por suerte el embarque inició antes de tiempo así que a las 21:00 ya estábamos sentados en el avión.
Desconexión hasta que llegamos a Pisa, coger la bici y a duras penas pedaleando hasta casa, sopa de sobre y a la cama sin terminar de ver un capítulo.
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