A pesar de llevar más días de los que me gustaría encerrada, con fiebre, mocos y demás grandiosidades gripales, me llena de felicidad que algunas historias consigan humedecerme los ojos.
Como Becquer, enamorada del amor. A veces hasta me doy asco... pero que le voy a hacer, no es que sea mayor para cambiar, eso nunca, simplemente es que me gusta ser así.
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