Nos hemos dado otro capricho estos días, todo gracias de nuevo a los regalos de navidad. Hemos usado un par de ellos, la levadura y algo del dinero, para hacer algo que nos venía apeteciendo desde hace ya un tiempo. La receta viene de mi casa, que tomaron la idea de un restaurante o bar( no recuerdo bien) de Gandía (..idem), y al cual nosotros hemos decidido añadirle nuestro toque. El "plato" no es otro que el bocata de pisos, que aquí en Pisa debería llamarse el bocata pendente, por aquello de la "Torre Pendente", o en su versión española el bocata inclinado. La verdad es que es un nombre que le viene como anillo al dedo, por cómo se queda después de cortarlo, y por la posición que han de tener tanto la cabeza como el trozo de bocata a la hora de morderlo.
En primer lugar, hay que hacerse con los ingredientes. ¿Cuáles son? Pues realmente todo el fiambre que uno quiera ponerle. Nosotros a este le hemos puesto jamon york, mortadela, mortadela de bolonia, salchichón milanés.. pero se le puede poner cualquier cosa. A parte del fiambre hay que ponerle tomate y lechuga, queso de uno o varios tipos, según el día, y huntar mayonesa a las capas de pan. Además se le pueden poner otras cosas, nosotros le pusimos una tortilla francesa pero se le pueden poner espárragos o anchoas por decir un par de ejemplos. La cosa es ponerle lo que uno quiera. Nosotros, con la levadura que nos ha llegado hemos hecho incluso el pan, uno redondo y alto. La verdad, esta vez nos ha quedado rico, pero aun le tenemos que pillar el punto para que suba más.
Total que dados todos los ingredientes se parte dos veces el pan para que le queden dos pisos. En cada uno de ellos se le pone tomate, lechuga, mayonesa por cada lado de cada piso, y fiambre a discreción, mínimo tres capas en cada piso, además del queso y los extras. Después de haber acabado la parte fácil, que es hacerlo, queda la segunda parte, que es cortarlo sin que se deshaga. En Madrid solíamos utilizar palillos de dientes para sujetarlo mientras se corta, pero aquí ha sido a pelo. Dependiendo del tamaño se pueden cortar más o menos trozos, pero siempre harán falta dos personas, uno para cortar y sujetar y otro sólo para sujetar. Nosotros hicimos seis trozos, y con dos cada uno estábamos a rebentar.
Que esa es otra, comerlo es toda una odisea, debe ser el único bocata que se come de lado, ya que dados sus diez centímetros de altura no es tarea sencilla comérselo tal y como viene, así que a inclinar la cabeza como la torre. Eso sí, comerse este bocata es como intentar comerse dos dobles hamburguesas a la vez que rebosan salsa, imposible no mancharse.
Así que nada, entre chácharas con la gente de la casa, el día que más hemos hablado, hacer el pan, y comérnoslo fue toda una tarde de regalo.
En primer lugar, hay que hacerse con los ingredientes. ¿Cuáles son? Pues realmente todo el fiambre que uno quiera ponerle. Nosotros a este le hemos puesto jamon york, mortadela, mortadela de bolonia, salchichón milanés.. pero se le puede poner cualquier cosa. A parte del fiambre hay que ponerle tomate y lechuga, queso de uno o varios tipos, según el día, y huntar mayonesa a las capas de pan. Además se le pueden poner otras cosas, nosotros le pusimos una tortilla francesa pero se le pueden poner espárragos o anchoas por decir un par de ejemplos. La cosa es ponerle lo que uno quiera. Nosotros, con la levadura que nos ha llegado hemos hecho incluso el pan, uno redondo y alto. La verdad, esta vez nos ha quedado rico, pero aun le tenemos que pillar el punto para que suba más.
Total que dados todos los ingredientes se parte dos veces el pan para que le queden dos pisos. En cada uno de ellos se le pone tomate, lechuga, mayonesa por cada lado de cada piso, y fiambre a discreción, mínimo tres capas en cada piso, además del queso y los extras. Después de haber acabado la parte fácil, que es hacerlo, queda la segunda parte, que es cortarlo sin que se deshaga. En Madrid solíamos utilizar palillos de dientes para sujetarlo mientras se corta, pero aquí ha sido a pelo. Dependiendo del tamaño se pueden cortar más o menos trozos, pero siempre harán falta dos personas, uno para cortar y sujetar y otro sólo para sujetar. Nosotros hicimos seis trozos, y con dos cada uno estábamos a rebentar.
Que esa es otra, comerlo es toda una odisea, debe ser el único bocata que se come de lado, ya que dados sus diez centímetros de altura no es tarea sencilla comérselo tal y como viene, así que a inclinar la cabeza como la torre. Eso sí, comerse este bocata es como intentar comerse dos dobles hamburguesas a la vez que rebosan salsa, imposible no mancharse.
Así que nada, entre chácharas con la gente de la casa, el día que más hemos hablado, hacer el pan, y comérnoslo fue toda una tarde de regalo.
4 comentarios:
Buena pinta! Por cierto, la pastisseria de Gandía a la que os referís, seguramente sea Tano
Si, seguro que es Tano, ahora que lo dices. Recuerdo que mis padres sacaron de allí la idea. Un abrazo Mario, a ver cuándo te apuntas tú a venirte
Jeje Pedazo bocata que os habeis marcao, pues nada leyendo me ha entrado el hambre. Quiza esta noche me haga uno de esas recetas artesanas. Saludos chicos que os valla bien
que pena que no tengais jamon de bellota huuummm, a para que suba el pan teneis que dejarle dormir como media hora tapado con u paño humedecodo en agua caliente para que fermente un poco besos mama
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