sábado, 20 de diciembre de 2008

Decoraciones

Retal a regalo y poco a poco vamos escondiendo la cegadora blancura de las paredes.

Hace poco mis hermanas me mandaron un calendario de los que todos los años nos regalan en el chino de al lado de mi casa, el Akasaka. A falta de Pato Pekin, que ya comeremos cuando volvamos, el calendario rellena parte de la pared, y dado que siempre he tenido uno de sus calendarios en mi cuarto esto es casi como mear en las esquinas del cuarto y reclamarlo como propio.

Otra de las cosas que hemos puesto en la pared es un dibujo que hizo Sr. Oveja de un alien que dice que soy yo :P con las traducciones en italiano de las partes del cuerpo. La verdad es que no está en nuestro rango de acción del cuarto, véase en la cama o cerca, así que seguiré sin aprenderme algunas cosas.


La última de las cosas que hemos añadido han sido las galletas marbú, recortadas de las cajas que nos han ido mandando. Hay una de ellas que está tuneada, anfetamínica. Antes tenía sólo uno de los ojos agrandados y parecía que se le había reventado una vena de algún esfuerzo incontenido.

Poco más por hoy, un abrazo a todos. Nos acordamos de todos, de los de casa, de los de siempre, de los alemanes, los franceses, de los físicos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

siento mucho haber tirado la caja de galletas, prometo guardar las siguientes y mandarlas por correo un beso de mama

Sra.Oveja dijo...

Que tenemos que poner en la pared tantas galletas como cadaveres de mosquitos.