Ole, dos post en un día. No sé, me apetece escribir. No sé de qué, cosa que no suele traer buenas nuevas, pero me apetece, asi que qué cojones.
Estoy mayor, creo. Y sigo siendo el mismo niño idiota de siempre, cada vez me doy más cuenta, así que cada vez que lo pienso me doy cuenta de lo mayor que estoy. ¿Treinta y siete van a ser este año? siempre tengo que pensarlo, no es estúpido?
Tengo pendientes muchas cosas, eg. montón de fotos de Nepal, pero se han cruzado los años con mi ordenador y decidió morirse a finales del año pasado. He tenido que hacer una inversión en el nuevo. Las cosas de hacerse mayor, me decidí a hacerme con un Windows legal y ahora me da un miedo terrible meterle un Photoshop pirata que la última versión me trajo un troyano que tardé varios días en conseguir erradicar. Además, símplemente los discos duros antiguos aún no los tengo instalados puesto que sé que tendré que hacer una limpieza de nada menos que de 2 Teras de archivos.Y entre la pereza y los días que paso entretenido talando un nuevo pino caído ando dejando las fotos aplazadas. Una pena porque las tenía casi todas ya acabadas. Pero bueno, todo llegará, cuando ya no se acuerde nadie.
Y lo dicho, un pino caído, otro más, así que se ha decidido talar otros tres que estaban en vías de irse al suelo. Así que tengo mi pequeño entretenimiento. Esta vez incluso sacaremos tablones de ellos. Aún estoy con la ciencia oculta del montaje de sierras mecánicas y soportes con ángulos rectos perfectos, pero dentro de poco creo que saldrán las primeras maderas autóctonas constructivas.
Ordenador, jardín y por supuesto nadar, que se ha convertido en otro clásico. Probablemente este sábado haga mi segunda salida al mar a hacer travesía, algo menos de 3Km (espero), con una panda de colgados dispuestos a hacerse una travesía de 10 km este verano. Ya me contarán, porque yo les repito una y otra vez que están mal de la cabeza. Creo que no he hecho esa distancia ni corriendo... ya me contarás.
Aun así la piscina me gusta, cuesta entrar, pero luego se le coje el gusanillo. Interactúo con gente, la mayoría buenas personas, sin pretensiones, felices de lo que tienen, de su pequeña burbuja, gente de mi edad con familia hecha o en vías, que al cabo del rato irán a casa a ocuparse de los peques y la mujer. Y entre unas cosas y otras acabo echando un par de kilómetros de aquí para allá, lo cual me hace sentir activo y perdona que me coma tres platos de la paella que hago en la barbacoa.
Mientras tanto la vida me pasa...
Pero sabes? por hoy paso de chorradas. Me voy a la cama rápido, sin pensarlo y con esta canción de tono agridulce que no he dejado de ponerme mientras escribía, como en los viejos tiempos, no vaya a ser que me cruce y jodamos el post. Con lo bonito que me ha quedado este insulso, insustancial e insu... insuficiente? no.... no sé, algo tiene que empezar por insu que pegue. Insurrecto? no, eso no Sr. google... Bueno, a la efímera y vacía búsqueda de una palabra que empiece por insu me abandono por hoy.
Ale, buenas noches.
martes, 21 de febrero de 2017
Faded
Será el piano o será la tierra que me recuerda épocas de vaqueros y camisas a cuadros en medio de una pista de baile, a salas oscuras y luces de neón. Sábados de inocente felicidad. Sea lo que sea esta canción tiene algo que me toca, esta versión especialmente.
mood
mood
miércoles, 15 de febrero de 2017
Plástica mirada a un futuro pasado
Resulta aparentemente sencillo aprender a andar, un pie, otro detrás y mantener el equilibrio.
Cuando lo tenemos dominado nos sobra tiempo para pensar y es ahí cuando la cosa se complica. Velocidad, dirección, propósito... caos.
La vida se escapa a nuestro control. ¿Somos lo que dejamos a nuestro paso? Huellas en la arena que el viento se lleva, al fin y al cabo efímera felicidad.
Poco importa los planes que tengamos para nuestros pies cuando el camino desaparece ante nuestros incrédulos ojos, obligándonos a olvidar para resistir.
¿Suerte? cuestión de actitud, ¿o era aptitud? En cualquier caso muchos estaremos jodidos...
Demasiada sensibilidad hacia las condiciones iniciales, los cambios, cambios son, y llega un momento que es difícil determinar la zona de confort.
En cualquier caso, mañana podremos seguir diciendo "mañana..."
martes, 14 de febrero de 2017
Un clasico
He vuelto a escuchar música, hacía años que no lo hacía, y resulta que aún disfruto tremendamente de ella, que me cambia el humor, que me hace sentir.
sábado, 4 de febrero de 2017
Siempre me acuerdo de tí
Cercenado. Perdido.
Quizá he perdido ya las palabras. Quizá he perdido el resto del poco ser que me quedaba. Las ganas la ilusión.
Detrás de mi vida se fué lo demás, poco a poco, un goteo de negrura y tristeza.
Cada pesadilla en la que me despierta en medio de la oscuridad. En las que una y otra vez te busco, te persigo, sólo para encontrar mis errores, mi amargura, mi desesperación. En una pesadilla. Repetida, diferente pero igual, siempre la misma.
Me acuerdo de tí.
Vivo con sendos cortes en las muñecas. Todos mis pasos están marcados en la amarga sangre que desprenden. Ni uno sólo de ellos pisa fuera de las heridas.
Nunca más hubo posibilidad de redención. Sólo tiempo para perdonarme a mí mismo. Eso ya lo hice y no funcionó. Qué voy a hacer ahora. No lo sé, dejó de ser importante. Llegué a mi destino. Un lago en la niebla donde mi barco no tiene remos y ninguna corriente llega. Donde ningun sonido llega y ninguna palabra consigue salir.
Mi vida eras tú, y ahora no soy. Nada sale del horizonte de sucesos.
Lo que teníamos era especial. Muy especial. Un cuento. Tanto que a día de hoy en lo poco que queda de mí la única maldita cosa que suena es esta jodida impronta que me repite ¿y si? A veces la odio, no entiendo porqué no se marcha y me deja. Es la única que me hace sentir algo, dolor. Pero le concedo una cosa, es la única luz que alumbra esta oscuridad.
Ya es un clásico, seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás.
Ya es un clásico, perdí el salvoconducto y ahora espero al emisaro.... que nunca llegará.
Mi duelo es mi hogar. Mi cádilac mi cama. Mi sed mi dolor, mi esperanza.
No se puede esperar ya nada de mí, pues ya sólo un demonio pestilente soy. Un estúpido y peligroso incauto caído en el lago de la eterna pestilencia.
Siempre me acuerdo de tí, siempre recuerdo que no estás, siempre recuerdo cuánto, cuánto me equivoqué, siempre... porque el agujero que dejaste es lo que soy yo.
Quizá he perdido ya las palabras. Quizá he perdido el resto del poco ser que me quedaba. Las ganas la ilusión.
Detrás de mi vida se fué lo demás, poco a poco, un goteo de negrura y tristeza.
Cada pesadilla en la que me despierta en medio de la oscuridad. En las que una y otra vez te busco, te persigo, sólo para encontrar mis errores, mi amargura, mi desesperación. En una pesadilla. Repetida, diferente pero igual, siempre la misma.
Me acuerdo de tí.
Vivo con sendos cortes en las muñecas. Todos mis pasos están marcados en la amarga sangre que desprenden. Ni uno sólo de ellos pisa fuera de las heridas.
Nunca más hubo posibilidad de redención. Sólo tiempo para perdonarme a mí mismo. Eso ya lo hice y no funcionó. Qué voy a hacer ahora. No lo sé, dejó de ser importante. Llegué a mi destino. Un lago en la niebla donde mi barco no tiene remos y ninguna corriente llega. Donde ningun sonido llega y ninguna palabra consigue salir.
Mi vida eras tú, y ahora no soy. Nada sale del horizonte de sucesos.
Lo que teníamos era especial. Muy especial. Un cuento. Tanto que a día de hoy en lo poco que queda de mí la única maldita cosa que suena es esta jodida impronta que me repite ¿y si? A veces la odio, no entiendo porqué no se marcha y me deja. Es la única que me hace sentir algo, dolor. Pero le concedo una cosa, es la única luz que alumbra esta oscuridad.
Ya es un clásico, seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás.
Ya es un clásico, perdí el salvoconducto y ahora espero al emisaro.... que nunca llegará.
Mi duelo es mi hogar. Mi cádilac mi cama. Mi sed mi dolor, mi esperanza.
No se puede esperar ya nada de mí, pues ya sólo un demonio pestilente soy. Un estúpido y peligroso incauto caído en el lago de la eterna pestilencia.
Siempre me acuerdo de tí, siempre recuerdo que no estás, siempre recuerdo cuánto, cuánto me equivoqué, siempre... porque el agujero que dejaste es lo que soy yo.
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