lunes, 26 de enero de 2009

Alemanizando

A pocas horas de coger el primero de los múltiples transportes que nos llevarán durante todo el día de mañana hasta casa, os dejo un pequeño anticipo sobre lo que ha sido nuestra semana aquí en tierras alemanas. Estamos bien, Alemania es diferente y con encanto, pero ya os contaremos...
Un abrazo

lunes, 19 de enero de 2009

¿Cuántos grados bajo cero dices?

Mañana a estas horas estaremos en Frankfurt, esperando el tren a Göttingen. Ahora tenemos que ultimar algunas cosas como imprimir los billetes de avión y de tren y hacer la maleta (o más bien pegarnos con ella) Incertidumbre sobre que es líquido y que no lo es.
Pero lo más difícil será mentalizarse de como se sobrevive a esos 20 grados bajo cero de mínima que venían sufriendo... Aunque no perdemos las esperanzas, el meteosat trae lo que parece un buen pronostico.
Los planes iniciales no conllevaban desplazamientos fuera de la ciudad, pero parece ser que nos daremos el gusto de pasar una fría noche Berlinesa.
Ya contaremos...

Bocata de Pisos

Nos hemos dado otro capricho estos días, todo gracias de nuevo a los regalos de navidad. Hemos usado un par de ellos, la levadura y algo del dinero, para hacer algo que nos venía apeteciendo desde hace ya un tiempo. La receta viene de mi casa, que tomaron la idea de un restaurante o bar( no recuerdo bien) de Gandía (..idem), y al cual nosotros hemos decidido añadirle nuestro toque. El "plato" no es otro que el bocata de pisos, que aquí en Pisa debería llamarse el bocata pendente, por aquello de la "Torre Pendente", o en su versión española el bocata inclinado. La verdad es que es un nombre que le viene como anillo al dedo, por cómo se queda después de cortarlo, y por la posición que han de tener tanto la cabeza como el trozo de bocata a la hora de morderlo.

En primer lugar, hay que hacerse con los ingredientes. ¿Cuáles son? Pues realmente todo el fiambre que uno quiera ponerle. Nosotros a este le hemos puesto jamon york, mortadela, mortadela de bolonia, salchichón milanés.. pero se le puede poner cualquier cosa. A parte del fiambre hay que ponerle tomate y lechuga, queso de uno o varios tipos, según el día, y huntar mayonesa a las capas de pan. Además se le pueden poner otras cosas, nosotros le pusimos una tortilla francesa pero se le pueden poner espárragos o anchoas por decir un par de ejemplos. La cosa es ponerle lo que uno quiera. Nosotros, con la levadura que nos ha llegado hemos hecho incluso el pan, uno redondo y alto. La verdad, esta vez nos ha quedado rico, pero aun le tenemos que pillar el punto para que suba más.

Total que dados todos los ingredientes se parte dos veces el pan para que le queden dos pisos. En cada uno de ellos se le pone tomate, lechuga, mayonesa por cada lado de cada piso, y fiambre a discreción, mínimo tres capas en cada piso, además del queso y los extras. Después de haber acabado la parte fácil, que es hacerlo, queda la segunda parte, que es cortarlo sin que se deshaga. En Madrid solíamos utilizar palillos de dientes para sujetarlo mientras se corta, pero aquí ha sido a pelo. Dependiendo del tamaño se pueden cortar más o menos trozos, pero siempre harán falta dos personas, uno para cortar y sujetar y otro sólo para sujetar. Nosotros hicimos seis trozos, y con dos cada uno estábamos a rebentar.

Que esa es otra, comerlo es toda una odisea, debe ser el único bocata que se come de lado, ya que dados sus diez centímetros de altura no es tarea sencilla comérselo tal y como viene, así que a inclinar la cabeza como la torre. Eso sí, comerse este bocata es como intentar comerse dos dobles hamburguesas a la vez que rebosan salsa, imposible no mancharse.

Así que nada, entre chácharas con la gente de la casa, el día que más hemos hablado, hacer el pan, y comérnoslo fue toda una tarde de regalo.

viernes, 16 de enero de 2009

El efecto Rubik

Estaba ojeando cosillas y he llegado a este corto, de Peris Romano.
Fin más, aquí lo dejo.









lunes, 12 de enero de 2009

Regalos de Navidad

Este año los Reyes Magos se han portado mejor que nunca, y es que cuando hay necesidad ahí está la familia.
Muchas gracias por los regalos via banco, que sin duda es lo que más necesitamos. Y también por las otras cosas, sobre todo por las envuletas, porque nos gusta desenvolver regalos.
Nos ha llegado incluso un pajarillo volando directamente desde Madrid, aunque las maletas las ha enviado por correos.


Y hoy porfin, después de casi un mes de espera ha llegado el dichoso paquete, que creemos ha sido retenido en la aduana por el bloque de levadura. Cosas que ya esperábamos y algunas sorpresa, como la nocilla o la leche condensada.


Y tres paquetitos envueltos en papel de regalo. Para el frío, el aburrimiento y nuestra adicción al té.
Os damos muchas gracias a todos.

Una de bicicletas

En nuestro caminar habitual por la ciudad siempre ponemos atención en los portabicis y demás lugares en los que se dejan las mismas, por si alguna alma caritativa ya no quería la bici y la ha dejado a disposición de los viandantes, o lo que es más probable, algún estudiante desfasao, ha olvidado encadenarla.

El caso es que estas Navidades, dando un paseo un día cualquiera por las vacías calles de Pisa, nos encontramos una bici sin cadena. Tenia las ruedas en el mejor de los casos desinfladas y en el peor pinchadas, pero siempre seria más barato comprar una cámara que una bici. Y entre que si y que no al final nos la llevamos a casa.

Y como los restos son para los últimos en marcharse, un par de días después, cuando como algo fuera de lo habitual, nuestras intenciones de salir a tomar algo no se quedaron solo en intenciones, nos encontramos otra bici, en un lugar mucho más visible que la anterior, pero en las mismas condiciones.

Ahora somos los propietarios de dos bicis con las ruedas desinfladas y de un rosa a cada cual más pastel, pero oye, que les funcionan los frenos y eso es más de lo que pueden decir la mitad de los pisanos. Así que a ver si algún viernes nos animamos a echarle morro y vamos a la Rebeldia, una especie de centro ocupa donde se hacen actividades, entre ellas arreglar bicis si te haces el español majete.

Auguri

Al final este post se va a quedar en un vestigio de lo que debería haber sido, pero ahí va.
Aunque al principio eran más escasos los adornos navideños que en Madrid, poco a poco se fue animando la cosa, y aunque no fotografiamos todo lo que hubiéramos querido, aquí dejamos algunas imágenes, desde curiosas hasta más bien sorprendentes.

E aquí el típico adorno sobre la puerta de la calle. "Auguri", el plural de "Augurio" que literalmente es la expresión de buenos deseos hacia los demás, podría traducirse por "buenos augurios". "Auguri di buon Natale" equivale en España a "Feliz Navidad", aunque con decir "Auguri" es más que suficiente. Pero esta palabra no se usa solo para desear una feliz Navidad, suele ser "Feliz" en más aspectos, por ejemplo en la canción del cumpleaños "Tanti auguri a te, tanti auguri a te..."




Pero sin duda lo más abundante ha sido la típica ilera de luces parpadenates, aunque a diferencia de España, sin esas horribles musiquillas que se oyen desde manzanas de distancia. Y que en la mayoría de los casos estaban colocadas no muy agraciadamente. Tampoco podían faltar los Papa Noel (Babo Natale) ladrones, y si se pueden combinar con luces. mejor.













Y el número uno sin duda se lo llevo un montaje la mar de historiado, pero que por desgracia en las fotos pierde muchísimo. Atención al gato!










Y por ultimo, de lo más cutre, dentro del bloque "cosas sin determinar", no la mejor, pero si la única que tenemos.

lunes, 5 de enero de 2009

Piazza dei Miracoli

Aquí queda una foto, de mala calidad, de la Piazza dei Miracoli bastante entrada la noche, tanto que no se ven ni los típicos asiáticos con sus puestos ambulantes de helicópteros voladores, figuritas de la torre y artilugios de lucecitas de prostíbulo. La plaza por la noche es otra cosa, se supone que está cerrada al público, aunque nosotros fuimos y dimos un paseo por allí, pasando por delante del coche de la policía que la vigilaba. Vacía de turistas me parece bastante más bonita, más antigua, quizá incluso más real. Y más real lo digo porque durante el día, llena de turistas, esta plaza tan bien cuidada contrasta bastante con el resto de la ciudad. Es como un parque de atracciones puesto en medio de la ciudad a la caza del turista de gorrita y cámara. Se diría que la plaza hubiera sido diseñada únicamente con un fin comercial más que artístico, como si hace cientos de años alguien hubiera hecho un plan de pensiones para la ciudad.

De todas formas lo dicho, por la noche y sin hormigas la plaza parece encontrar su sitio.

Marina di Pisa

A veces el sol sale torcido, coge otra ruta y el día no es el que había en el calendario. Otro ocupa su lugar, un día extraño. Y así se levantó el sábado, cruzado y esquivo.

Y a todas estas estaba yo en la ducha y se me pasó el mar por la cabeza. Tres meses hace que estamos aquí y nuestras fronteras de lo que es Italia no tienen más de cinco o seis kilómetros de distancia. Joder, si en el mapa el mar está al lado. Pensé que ya que iba a ser difícil seguirle la pista al día si intentábamos perseguirlo, mejor que él nos persiguiera, que el día no puede acabar sin nosotros. Y le dije a Carol "Te apetece pasear a Marina de Pisa" a lo que respondió "Eso está lejos", "Dos horas andando, he calculado" le dije.

Después de los más que comprensibles momentos de duda nos decidimos. Nos abrigamos, cogimos algo de comer y de beber y salimos de casa a las 11:30. Tardamos sobre media hora en llegar a los límites de la ciudad, y caminamos por el arcén de la carretera durante hora y media. Hubiera estado genial si la zona tuviera caminillos más rústicos por los que pasear, pero no se daba el caso, así que fuimos pegados a la carretera con conductores y ciclistas echándonos ojeadillas de incredulidad.

Al cabo de ese tiempo hicimos una paradilla, habíamos acabado de pasar un cartel del desvío de Marina de Pisa así que sacamos alguna galleta y un trozo de bollo de chocolate para cada uno e hicimos nuestro particular picnic en el parking de un restaurante de carretera. Poco después de volver a la carretera nos fijamos en unos carteles que habían ido pasando semidesapercibidos hasta entonces. Eran señales de carretera, y empezábamos a comprender que el número descendente que había ido mostrando a nuestro subconsciente eran los kilómetros de aquella carretera.

Estábamos en medio de la nada cuando nos paramos a hablarlo. Quedaba claro que los kilómetros que marcaban eran los que faltaban hasta el final de la carretera, pero no estaba del todo claro si la carretera acababa en Marina de Pisa o acababa más allá. Y es que le numerito ponía 19. Yo recordaba haber visto el 25 ya empezada la caminata, pero saber cuánto exáctamente quedaba hasta el mar era todo un misterio. En frente sólo se veían hileras de árboles, en el aire gaviotas y ni una sola señal en todo el camino de "Marina de Pisa X Km". He de decir que cundió el desánimo. Eran las 13:30 en medio de ninguna parte y resonaba desde ninguna parte un ágil y confiado comentario que decía "Dos horas andando, he calculado".

Convinimos, sin saber dónde estábamos, cuánto quedaba, habiendo pasado ya las horas "calientes" del día (que aquí se hace de noche a las 16:30) y calculando el tiempo de lo que nos podría faltar y la vuelta... convinimos que lo mejor era parar entre aquellos árboles, comer, y volver. Y eso hicimos, un par de sandwiches de mortadela, manzana, bollo de chocolate y de vuelta, un poco más cansina que la ida, todo sea dicho. Y aunque la vuelta fue más desanimada cuando entramos a las afueras de Pisa y pudimos ya andar de a dos nos pusimos a hablar bastante más alegres. Paramos a comer algo y recorrimos la media horita que nos faltaba en un suspiro.

Así que la expedición para ver el mar no llegó a culminar. Llegamos a casa y una de las primeras cosas que hicimos después de descalzarnos fue localizar en el google dónde nos habíamos quedado y cuánto nos había faltado. Habíamos recorrido tres cuartas partes del camino. Nos quedamos como a dos o tres kilómetros del destino. Hubiera estado bien llegar, pero estuvo mucho mejor intentarlo. Creo.

Hemos decidido intentarlo de nuevo cuando al hacerlo no se nos vaya cayendo el moquillo.

domingo, 4 de enero de 2009

Sesión de Monólogos

Tenemos algunas cosillas que subir, pero por ahora sólo dejaré lo que nos ha ocupado esta mañana. A través de monólogos de Jim Carrey subtitulados hemos ido viendo otros tantos de gente conocidilla como el susodicho Jim, Eddie Murphy (y 2), Robin Williams(Otro) y Chris Rock (Otros: 1, 2, 3, 4). Pero me quedo con el de uno que no conocía, uno de un tal Dave Chappelle. Es casi una hora de monólogo repartido en seis partes. Dejo aquí la primera y se pueden seguir fácil las siguientes partes. Espero que los disfruteis cuando tengais un rato para verlos. Un abrazo



Parte 2
Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6

jueves, 1 de enero de 2009

Año nuevo

Cambiamos las uvas por un par de filetones que llevábamos guardando un mes en el congelador para la ocasión.
Para celebrar la noche teníamos un montón de intenciones, pero al final entre el frío, la lluvia intermitente y el cansancio, nos dimos cuenta del paso del año a las 00:30, y una hora más tarde ya estábamos durmiendo a pesar de el constante bombardeo de petardos en la calle.

Así que después de todo si ha sido una nochevieja diferente, jeje.

Desde aquí esperamos que todos tengáis cosas buenas para este año.