lunes, 11 de junio de 2007

Jeux d'enfants


Me gusta jugar a las tabas, y al monopoli, pero solo cuando soy la banca. Me encanta jugar a las canicas, siempre gano. El juego de la oca es una idiotez, aunque menos que las damás, el cubo de rubik y todas esas tonterias de los paises del este. Las adivinanzas no son lo mio. Los dados, las cartas y la rayuela están bien. El corre que te pillo tiene un pase, pero eso es todo.
Pero hay un juego al que jamás hay que jugar, he dicho jamás, aunque os lo proponga vuestro mejor amigo, me refiero a dejarse sepultar en un bloque de hormigón.

Este juego empezó en una bonita casa, un bonito autobus sin conductor, una bonita caja, y una bonita amiga.

No, en realidad me equivoco, el juego empezó antes, empezó con una palabra repugnante que no significa nada en absoluto, una palabra como "metástasis", menuda chorrada, ¿y por qué no Mamut?. Además hizo llorar a mama.

De todas formas los medicos son unos inutiles, dicen palabras absurdas, llevan pantalones absurdos, así que imaginaros lo que sabrán sobre madres.

Y luego hay otras palabras que tampoco me gustan como "Kowalsky", no la busqueis, esa tampoco significa nada. "Kowalsky" y tampoco "polaca", y tampoco "sucia polaca", sin olvidar "sucia polaca cara de caca". Pero todo eso significa más o menos lo mismo, significa sufro, sufro como nadie sobre la Tierra, sobre Marte, incluso sobre Alter 4.

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