Hay días que por mucho aire acondicionado que pongas...
Ésto ya lo hacia un amigo hace años, el truco del almendruco... jajajaja
Como enfriar el coche con un subir y bajar de ventanillas y abrir y cerrar de puestas.
viernes, 30 de junio de 2017
jueves, 29 de junio de 2017
La invasión no tan silenciosa de las cotorras argentinas
El nuevo proyecto de un buen amigo. De esos con los que no puedes ir por la calle ni si quiera en un país que no es el tuyo porque siempre le para alguien conocido para saludarle.
Es un profesor de esos que cuando conoces su método no solo piensas, si no que tienes que decir en alto, "así deberían ser todos". Capaz de trasmitir y llegar a los alumnos incluso allí donde otros han tirado la toalla y a pesar de que muchas veces implique hacerse un flaco favor a si mismo.
El año pasado entró en el mundo de los documentales científicos y aquí nos ha dejado este interesante vídeo sobre la visión que tenemos de las cotorras argentinas.
La invasión no tan silenciosa de las cotorras argentinas.
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martes, 27 de junio de 2017
Salpimentando la vida
Ya hace algunos años desde que he empezado a tener tiempo de preocuparme de las cosas importantes y no solo de la supervivencia.
He podido experimentar como una buena actitud es en ocasiones hasta más importante que nuestras mejores aptitudes.
Como el vibrar en una frecuencia determinada nos hace más receptivos a la felicidad.
Y a pesar de todo esto, hay noches que me meto en la cama y miro la negrura del techo como si estuviera entrando en un agujero negro donde el tiempo se realentiza pero es simple percepción del observador.
Hay noches en las que se me olvidan la reglas del juego y lo único que quiero es que llamen a mi puerta para hacerme compañía.
La debilidad de mi humanidad, consejos que doy pero yo no escucho.
He podido experimentar como una buena actitud es en ocasiones hasta más importante que nuestras mejores aptitudes.
Como el vibrar en una frecuencia determinada nos hace más receptivos a la felicidad.
Y a pesar de todo esto, hay noches que me meto en la cama y miro la negrura del techo como si estuviera entrando en un agujero negro donde el tiempo se realentiza pero es simple percepción del observador.
Hay noches en las que se me olvidan la reglas del juego y lo único que quiero es que llamen a mi puerta para hacerme compañía.
La debilidad de mi humanidad, consejos que doy pero yo no escucho.
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