A parte, no consigo que mi cabeza deje de pensar que todas las canciones se cantan para mí, por mí, o de alguna otra manera que aunque torcida siempre encaja en algún resorte de mi cerebro, mi recuerdo o mi negrura, ya sea momentanea o permanentemente.
Hoy dejo como muestra de esta interminable colección la que cierra la película. No es que me guste especialmente, es sólo un gris apagado en el catálogo de colores de la colección.
Afortunadamente la película nada tiene que ver
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