He pasado en casa de una amiga algunos días. Nunca antes había estado en su casa, ya ves como son las cosas, tan cerca y tan lejos, y al final nunca ocurre.
Me llamó mucho la atención que las visitas le dejaban en los azulejos de la cocina notas variopintas, la que más me gustó fue una en la que ponía, si no recuerdo mal, algo así como que es una madre genial, y otra que decía "Cocina con amor".
A mi que me encantan esas cosas, la vida son los detalles, capaces de sacarnos una sonrisa o ponernos de mala leche, desde antes de llegar ya tenía en mente que no podía irme sin dejar mi granito de arena.
Y así lo hice.
Todos seríamos más felices si nos rodeásemos de mensajes de amor, y lo cierto es que no hay nada como dar para recibir, aunque tampoco es mentira que no hay nada como no recibir para dejar de dar. Así que hagamos un esfuerzo de ser los primeros.
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