La falta de educación (cultura, no buenas maneras) limita nuestro conocimiento a la memoria de los hechos vividos ignorando la memoria histórica, lo que nos hace vulnerables.
Es poco (poquísimo) probable que si en una misma situación actuamos de igual manera, los resultados sean diferentes, por eso el conocimiento de lo que otros han vivido nos hace ser la mano durante la partida. Si ignoramos esa oportunidad, si cada vida tiene que empezar de cero, no habría tiempo para llegar más lejos.
Si nos creemos que los números son del 0 al 9 y no nos empeñamos en crear una nueva numeración, debería también valernos lo que en otras situaciones muy parecidas a la que vivimos ahora sirvió y lo que no.
Y eso es realmente difícil cuando no tenemos ni idea de nuestro pasado.
Vivimos el presente, no podemos estancarnos en el pasado ni solo planear el futuro, porque el primero ya se fue y el segundo nunca será, pero vamos a usar las oportunidades que nos brinda la experiencia (y no solo la nuestra personal)
La mente es un campo fértil, si lo aramos, sembramos y regamos, nos dará fruto, si lo dejamos yermo, se echará a perder.
Vivir es un trabajo duro, no lo compliquemos más.